El problema de la Deuda no es nuevo. Cierto es, que se lleva
instaurando desde hace unas décadas en los países periféricos, haciendo de esta
Deuda un instrumento perfecto para el control y el sometimiento de los Estados
de “segunda” por parte de los estados “élite”.
Recetas económicas de organismos internacionales (como el FMI, Banco Mundial o
en el caso de Europa la UE y el BCE) han llevado a que los Estados cedieran
competencias fiscales, monetarias y presupuestarias a unos organismos
internacionales que NO han sido elegidos anteriormente por el pueblo. Es decir,
no son cargos electos ni legitimados por la población. Estos organismos están
sustrayendo la soberanía de los Estados a través de las condiciones que se les
están imponiendo.
Un gran ejemplo lo encontramos en las directrices económicas de los países
intervenidos; vienen directamente desde la Comisión Europea (cargos no electos)
o el Banco Central Europeo. Estas comisiones son las que deciden que políticas
económicas se deben tomar en cada país a través de sus Planes de Ajuste
Estructural.
En este momento, el Gobierno de cada Estado, no es dueño de la elección de las
políticas que se van a llevar a cabo, sino que tiene que someterse a las
peticiones de estos organismos internacionales.
Pero además del control de las políticas públicas de cada
país, estos organismos están presionando a estos Gobiernos-marioneta para que
impulsen legislaciones, de manera que este proceso se encuentre dentro de una
legalidad totalmente ilegitimada. Este sería el caso de España, con la Reforma
de la Constitución. Y si, hablamos de la misma Constitución Española Rígida y
prácticamente Irrompible que nos habían pintado. No tardaron mas que una mañana
de verano en introducir una serie de preceptos que obligan al Estado a priorizar
el pago de cualquier deuda, antes que garantizar el funcionamiento del Estado
del Bienestar (Salud, Educación, Servicios Sociales, pago a los trabajadores
del Estado, prestaciones por desempleo…).
Esta reforma constitucional, estaba impulsada por las presiones de estos organismos internacionales que no están legitimados por el pueblo.
Dentro del derecho constitucional, se entiende por Constitución, aquella estructura legislativa que expone las bases de funcionamiento del Estado y actúa como norma suprema. Para que esta articulación legislativa tenga validez, ha de estar sometida a la voluntad del pueblo. Ha de estar legitimada. En el momento en que un agente externo (en este caso, organismo internacional) entra en el escenario político, obligando y presionando para que se actúe y se legisle a partir de sus prioridades y no las propias necesidades del Estado, se esta perdiendo toda legitimidad en el proceso. Por lo tanto, el Poder Legislativo, queda totalmente debilitado dentro del procedimiento democrático.
Esta reforma constitucional, estaba impulsada por las presiones de estos organismos internacionales que no están legitimados por el pueblo.
Dentro del derecho constitucional, se entiende por Constitución, aquella estructura legislativa que expone las bases de funcionamiento del Estado y actúa como norma suprema. Para que esta articulación legislativa tenga validez, ha de estar sometida a la voluntad del pueblo. Ha de estar legitimada. En el momento en que un agente externo (en este caso, organismo internacional) entra en el escenario político, obligando y presionando para que se actúe y se legisle a partir de sus prioridades y no las propias necesidades del Estado, se esta perdiendo toda legitimidad en el proceso. Por lo tanto, el Poder Legislativo, queda totalmente debilitado dentro del procedimiento democrático.
Llegados a este punto, habría que plantearse cuantas
competencias otorgamos a estos organismos internacionales a lo largo de estas
últimas décadas. La antigua CECA, EURATOM o la propia CEE fueron el caldo de
cultivo para la creación de lo que hoy conocemos como Unión Europea. El Tratado
principal de la UE que se firmó en Maastricht, incluye la creación de la Unión
Económica y Monetaria que comportaba la creación de una moneda común a la que
muchos de los países miembros se acogerían al plan: la Zona Euro. Para entrar
en este “club euro” se habían limitado una serie de predisposiciones que todos
los países tenían que cumplir a través de unos criterios de convergencia.
Algunos de estos requisitos van desde el control de las tasas de inflación
dentro de los países, hasta la negativa al aumento de mas del 3% del PIB en el Déficit
Presupuestario y que la Deuda Pública no superase al 60% del PIB. A día de hoy,
podemos decir, que casi ninguno, por no decir que completamente ningún estado
de la zona Euro los cumple. Estos requisitos son el ejemplo más clarificador de
lo que supone el control de las políticas publicas del Estado, en manos de
agentes extranjeros que ni siquiera son cargos electos.
Demasiado control económico que recae en manos de personas
que NO nos representan de ninguna de las maneras posibles en los mecanismos que
dispone la democracia. Puede, que la intención de estos cargos sea instaurar
unos mecanismos para obtener el control total de políticas públicas de los
Estados, para así conformar unas políticas económicas que beneficien a unos
pocos, y no a los propios Estados. La creación de un mercado financiero que
este a disposición de la oligarquía económica mundial. Es decir, a manos de
unos pocos y a merced de los mercados financieros, sin ningún poder de control
por parte de los Estados.
Por lo tanto, el pueblo queda relevado a una segunda
posición. La de observar la fiesta particular que tienen montada en el ático, y
pagar una deuda que no le pertenece, porque simplemente no la ha creado.
Os dejo con un video del Eurodiputado inglés Nigel Farange. Lider del Partido de la Independencia del Reino Unido, partido euroescéptico, un grupo de opinión con representación
institucional, sobre todo en el Parlamento Europeo, que aboga por la
separación del Reino Unido de la Unión Europea. Denuncia la presencia de altos cargos no electos y por lo tanto, falta democrática del sistema dentro de la UE
¿Os sigue pareciendo una #DeudaLegítima?
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